doce pestañas abiertas en el explorador
buscando, encontrando algo en apariencia.
rebuscándome
refunfuñando de tanta búsqueda
desencontrándome en palabras, en texto ajeno, en alteridad
y de golpe, reírme
ir cantando con las palabras que me voy cruzando en la calle
y jugar sin regla
encontrarme con el sinsentido que soy
que cuanto más busco tenerlo, más me enriedo
pensando
en todo ese significado detrás del significado que pretendo leer
todo ese revés del revés del reverso
recontradictorio
que me deja adicto
a-dicto, no dicho
y busco -obviamente- en internet, su etimología
y a viene del griego, pero dictus del latín
entonces, sería mas bien “ad-dictus”
“para decir”, dice un tal Roberto en internet
me deja adicto, entonces
me deja “para decir”,
o algo por decir: todavía no dicho
(me hace sentido también, porque cuando quedo pegado a la búsqueda, no digo)
me obligo a encontrar algo y no despego de ese engranaje
quedo agobiado
-etimología-
agobiado, ad-gibbus, asociado a la joroba: jorobado
y en criollo, alguien jorobado es alguien jodido
y quien joroba es quien molesta
quedo, entonces, molesto.
me jorobo con mi adicción a la búsqueda de sentido
y a todo esto: no sé si pretendo ser canal de algo omnisciente
como dios, como la energía universal y tal
o sí
accedo a eso si dios no tiene sentido
accedo a eso si la cosa simplemente fluye, y nosotros la observamos
pero no creo en una gran inteligencia que juega a nuestro favor
no hay favor o desprecio en la inteligencia superior
somos todos lo mismo: parte de aquella
y no tenemos sentido, ni aquella lo tiene
fluye, recorre, esparce, exclama
dios es un signo de exclamación abierto
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