me encuentro, desacatado, entre el límite que me empuja de donde estoy
y el borde que me aprieta
creo en la certeza de la carne
de lo propio, lo que no tiene la niebla del mundo de afuera
pero el afuera
qué convincente
escribo con rabia, con los huesos
trato de hacerle el flequillo a mis ideas
y se me escapa la tijera
yo las recorto, las ideas me queman
me quedé con eso dando vueltas, lo de serse fiel
que serse fiel es el éxito
y me hace ruido, y ese ruido me gusta
rondo entre la nostalgia de ser un bicho sensible,
y la certeza de la penetración sentida
entre teorías de stevia que me cuentan las voces
y la potencia de la materia toda
la pregunta, dejándome de joder un poco: cómo hacer que la potencia no excluya lo delicado